miércoles, 6 de agosto de 2008

Muertes


Y a cada instante,
un suspiro,
y a cada tiempo,
un respiro.

Dentro, un corazón
acaricia los colores nubosos
del alma herida por el arcoiris
lejano.

No lo dejes,
el sol extrañará tus ojos
y la luna deseará tu piel.

No lo dejes,
la tierra calmará tu llanto
y el cielo acariciará tu sed.

Y en el río un candor oloroso
llama con sones de tambor,
no la dejes, no te vayas.

Anuncios