
Desesperación era lo q se veía
en sus ojos,
en su piel, en su respiración.
Deseaba volver, deseaba volver,
regresar el tiempo, el espacio, las personas.
Un mundo distinto era el que la esperaba
allíel que la hacia respirar aire pesado
el que la hacia sentirse liviana
el que la hacia desgarrar su corazón.
Y en un
minuto de luz
extendió sus manos
para
alcanzar a quien ya no estaba
allí,rebuscó como una loca y no halló nada,
miró y no vio nada,
tampoco
sintió, no, no
sintió a nadie.
Y
allí en la oscuridad de su soledad
llorólloró por quien se quedó, por quien se fue,
por quien echó, por
quien llamó,
por lo que
vivió, por lo que dejó,
por los deseos, por los sueños y por las rabias.
Y al amanecer dormía tranquila sostenida en una hoja
que flotaba en el mar de lágrimas que derramó.
El alba la iluminó afectuosamente para señalarle
el comienzo de un nuevo día, y le envió una brisa suave
para despertarla, rocío para acariciarla, y una nube de sueños para guiarla.